miércoles, agosto 24, 2011

Echar P'lante


Que hay que echar p'lante es algo que todos tenemos claro pero, en esos momentos malos en que la tormenta te engulle y no ves más que nubarrones, es muy difícil salir del agujero.
Es muy fácil cuando se ven los toros desde la barrera argumentando todas las cosas que se deben hacer y la manera correcta de hacerlas. Casi escuchas por lo bajo a la gente llamándote tonta por no poder continuar con tu vida. Sus ojos muestran lástima y sus voces recriminan...
Como si alguien que estuviese dentro de un pozo necesitase eso...
¿No es mejor darle un abrazo a esa persona, apoyarle y decirle que todo se va a solucionar, que todo va a ir bien?
Somos dueños de nuestros demonios, nos corroen por dentro y nos atemorizan. Deseamos poder olvidar y poder afrontar los malos tragos que nos ofrece la vida, pero siempre aparece el demonio para meternos de nuevo en la tormenta oscura.

Lo que hay que tener claro es que no todo el mundo afronta las cosas de la misma manera, cada persona es un mundo y nos cuesta recuperarnos de los baches de distinto modo.
Tiene que ver con la sensibilidad. Aveces somos tan sensibles que notamos las motas de polvo cayendo sobre nuestras cabezas, el aleteo de una mariposa nos marea y un suspiro nos hace caer hacia atrás.
Y ya termino resumiendo con una frase todo este batiburrillo de ideas, de tormentas y de demonios:
"QUIÉREME CUANDO MENOS LO MEREZCA QUE SERÁ CUANDO MÁS LO NECESITE"
Ahí queda esa última frase: espero que os de qué pensar.

1 comentario:

  1. Palante y con dos narices.
    No mires atrás. adelante siempre, maja.

    ResponderEliminar

Gracias por tus susurros.
Por favor, habla bien alto para que pueda oírte por encima de la tormenta.