lunes, enero 02, 2006

Gustavo Adolfo Bécquer.


No hay nada que me guste más que perderme en las rimas de Bécquer.
Me transportan, me elevan, me dejo llevar...
Mi poema preferido:Olas gigantes que os rompéis bramando...
para que vosotros también disfruteis:




Olas gigantes que os rompéis bramando
en las playas desiertas y remotas,
envuelto entre la sábana de espumas,
¡llevadme con vosotras!
Ráfagas de huracán que arrebatáis
del alto bosque las marchitas hojas,
arrastrado en el ciego torbellino,
¡llevadme con vosotras!
Nubes de tempestad que rompe el rayo
y en fuego ornáis las desprendidas orlas,
arrebatado entre la niebla oscura,
¡llevadme con vosotras!
Llevadme por piedad a donde el vértigo
con la razón me arranque la memoria.
¡Por piedad! ¡Tengo miedo de quedarme
con mi dolor a solas!

11 comentarios:

  1. Pues por supuesto que tienes todo mi apoyo, las decisiones que toma uno son para respetarlas. Espero que todo te vaya genial en la vida y que el pelo te crezca hasta la cintura.jajaja
    En serio. Un beso y que todo te vaya bien.


    P.D: La carta para despedirte de todos en tu blog me dió mucha pena, pero que se le va a hacer....

    ResponderEliminar
  2. Pues casi aciertas. Es Palencia. No es tan arrebatador como una ola pero a veces este paisaje sorprende con algún detalle.

    ResponderEliminar
  3. A mi de Becquer me encantan las leyendas. Creo que es la única lectura del colegio que me gustó en su día.

    ResponderEliminar
  4. Joer... es precioso... aunque no sabía que Becquer fuera surfista... ;)

    Besos.

    ResponderEliminar
  5. jajjajaj Deckard, gracias por arrancarme la primera carcajada del día.
    Surfista emmm no, creo que no.
    Para pillar olas ya estoy yo.
    Besos

    ResponderEliminar
  6. Los invisibles átomos del aire
    en derredor palpitan y se inflaman,
    el cielo se deshace en rayos de oro,
    la tierra se estremece alborozada.
    Oigo flotando en olas de armonías
    rumor de besos y batir de alas;
    mis párpados se cierran... ¿Qué sucede?
    ¿Dime...? ¡Silencio! ¡Es el amor que pasa!...

    ResponderEliminar
  7. Es de un dolor que aturde.

    Excepcional.

    ResponderEliminar
  8. Pues si, torosalvaje.
    Realmente Bécquer está pensando en el suicidio,
    no por ello deja de ser un poema hermoso.
    Besos

    ResponderEliminar
  9. Becquer... Qué recuerdos. Un saludito tocaya ;)

    ResponderEliminar
  10. a eterna poesia.
    me a gostado muito
    saludos

    ResponderEliminar
  11. Anónimo9:58 p. m.

    Mucha fuerza a lo largo del poema, acabando con uno de los grandes puntos débiles de los seres humanos: la soledad.

    ResponderEliminar

Gracias por tus susurros.
Por favor, habla bien alto para que pueda oírte por encima de la tormenta.